domingo, 20 de outubro de 2013

Afinar el oído del corazón !


Afinar el oído del corazón !”

por Daynella Loria - Costa Rica

“Y allá en Brasil, ¿dónde te encontraste con Dios?” Fue una de las preguntas que me hice una amiga al regreso de mi viaje. No lo tuve que pensar dos veces, la respuesta estaba muy clara. Mi encuentro con Dios y su Iglesia lo pude vivir de forma más directa y personal en Ipe Amarelo y más propiamente en la experiencia de APAC Itauna.
 Es increíble como en el plan divino todo tiene una razón porque suceder. Lo que era una simple excusa para vivir en Brasil un mes, se volvió el centro de mi experiencia espiritual en ese país. La aventura empezó a mediados de 2012, cuando por medio de una amiga me pude poner en contacto con los LMC de Brasil para poder ir a vivir y hacer una experiencia de misión con ellos por un mes. La verdad es que yo no sabía nada de esta agrupación, solo le pedí el favor a mi amiga de contactarme con alguien que me pudiera recibir allá en Brasil. Pero Dios que no se deja ganar en bondad me mandó y abrió las puertas de los LMC.
 ¡Qué gran bendición fue eso!  Lloré de felicidad y agradecimiento con Dios de darme la oportunidad de poder misionar en una comunidad como Ipe Amarelo que desde el primer día me hizo sentir como en casa, por medio de cantos de bienvenida, invitaciones de ir a comer a sus casas y hasta llevarme a conocer el Santuario de Nuestra Señora Aparecida.  Con los LMC, pude aprender muchas cosas, crecer en mi vida de fe, descubrir  una nueva forma de ser Iglesia, pero sobretodo, afinar el oído del corazón y alma al llamado que Dios me hace de trabajar con los “olvidados” por la sociedad, aquellos que es más fácil hacer que no existen y mandarlos a vivir lejos, en la periferia, porque así es más fácil ignorarlos. Fue de la mano de los LMC que aprendí la importancia de una sonrisa, de un gesto de respeto y cariño, de hacer valer los derechos y tratar con amor y dignidad a todas las personas.
 Fue de la mano de los LMC que profundice en la vida de comunidad y como lo que se vive en la casa se traduce a lo que se vive como Iglesia, como la lucha por la libertad del oprimido, debe ser una obligación cristiana, porque Cristo mismo nos ha libertado.  Fue en Ipê Amarelo, en APAC y con los LMC que aprendí  y vi de forma real y patente que “en donde existió el pecado, sobreabundo la gracia” porque es en la periferia donde pude ver al Cristo Resucitado que con amor sale al encuentro de estas personas, para que con auténtica esperanza y descubriéndose amados pueda salir a luchar por su comunidad y por una vida digna para cada uno de sus habitantes.